Agua Azul: paz social y desarrollo en lugar de provocación y enfrentamiento

Durante la presente administración han ocurrido, como sucede desde hace siglos en Chiapas, numerosos conflictos intra e intercomunitarios que tienen como causa disputas por la tierra, el agua, las vías de comunicación y otros recursos naturales.

A diferencia de lo que sucedía en otros tiempos, el Gobierno del Estado ha mantenido ante las diferencias comunitarias una actitud de respeto e interviene únicamente a solicitud de las partes, como mediador o cuando se vulnera la paz social y existe riesgo para las personas.

Por eso Chiapas dejó de estar presente en la nota roja de los medios de comunicación que reportaba enfrentamientos, muerte y destrucción, para estar en las notas de la conciliación y de la solución pacífica de sus diferendos.

Ante la actitud intransigente de los pseudozapatistas de Bolom Ajaw, a quienes no bastaron los hechos de violencia en los que perdió la vida un ejidatario de San Sebastián Bachajón perteneciente al grupo contrario, el Gobierno del Estado ha recuperado el control de la caseta del centro turístico de Agua Azul, motivo de la disputa.

Los provocadores, que se amparan en su supuesta militancia como bases de apoyo zapatista pese al desmentido de las autoridades de la Junta de Buen Gobierno del Caracol de Morelia, retomaron por la fuerza el control de la caseta unos días antes, luego de rechazar tajantemente cualquier intento de diálogo con los grupos rivales y con el Gobierno.

Queda claro que su propósito es mantener el control de la caseta a como de lugar, sin respetar los derechos de otros ejidos y comunidades, sin atender a la necesidad de preservar y proteger los recursos naturales, y engañando a los medios y a los organismos nacionales e internacionales que actúan de buena fe sin conocer la realidad.

Para evitar más violencia e inútiles derramamientos de sangre es necesario que el Gobierno asuma el control del espacio en disputa hasta encontrar una solución pacífica, negociada, justa y equitativa para todos los actores del conflicto.

Hay que devolver a Agua Azul su condición de maravilla natural con un enorme potencial para el turismo ecológico con un proyecto que considere la opinión y las necesidades de las comunidades beneficiarias, pero nunca el chantaje, la violencia y la amenaza como sustitutos del diálogo y la concertación.